martes, 8 de febrero de 2011

Un impuesto que se extiende y pega cada vez más en el bolsillo

(Ismael Bermúdez Clarín 6/2/11)
Un millón de empleados y hasta 40 mil jubilados pagan Ganancias.
Además del descuento de jubilación y salud, los trabajadores en relación de dependencia que ganan “en mano” más de $ 4.818 por mes, tienen un descuento adicional por la retención del impuesto a las Ganancias. Según el nivel salarial Ganancias puede representar una pérdida salarial de 2, 5, 8, 10% y hasta más . En algunos casos, representa por año dejar de cobrar un medio aguinaldo, los dos medio aguinaldos y más también.

Con esas retenciones sobre sus sueldos se encuentra un millón de trabajadores en relación de dependencia, como operarios petroleros, de la siderurgia, camioneros, bancarios, de luz y fuerza y tantos otros gremios y hasta 40.000 jubilados .

Además, con cada aumento de los salarios, si no se eleva ese piso salarial de $ 4.818 a partir del cual se paga Ganancias, el impuesto aumenta y de manera creciente . Y en lugar de un 5%, el descuento salta al 8% y así cada vez más.

Por esta razón, el movimiento sindical sin distinciones reclama que se incremente ese piso; de lo contrario, una parte de la suba salarial que se acuerde en las próximas paritarias no irá al bolsillo del trabajador sino al de la AFIP . Y entonces el reclamo de aumento debería ser mayor para compensar esa mayor retención impositiva.

También por eso muchos trabajadores no quieren hacer horas extras porque, en ese caso, una parte del mayor ingreso por ese mayor esfuerzo se lo lleva el impuesto.

¿Por qué tantos asalariados están alcanzados por Ganancias y con alícuotas tan altas, mientras la renta financiera sigue exenta? Simplemente porque el Gobierno fue ajustando ese piso salarial (llamado “mínimo no imponible”) pero menos que la inflación y la evolución de los salarios.

Entonces, con cada aumento nominal de los salarios, aunque esa suba no haya compensado la inflación, más trabajadores superan ese piso y quedan atrapados por Ganancias, a pesar de que tienen el mismo poder adquisitivo o menos.

A eso se agrega que siguen congeladas –hace más de 10 años con una inflación que supera el 300%– las escalas sobre las que se calcula el impuesto. Entonces, en lugar de que le retengan una alícuota baja, del 9%, el trabajador tributa una alícuota del impuesto más alta –del 14, 9 o 23%– y que rápidamente puede llegar al 35%.

Si el Gobierno hubiera ajustado por la inflación o la evolución de los salarios, el piso de Ganancias debería ser de $ 8.500 y las escalas serían más amplias . Así estarían alcanzados por este impuesto, no un millón sino unos 300.000 empleados, quienes, además, pagarían menos.

Por esta razón, Marcelo Domínguez, Coordinador de la Comisión Tributaria de la Federación de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas, le dijo a Clarín que “si antes sólo el personal jerárquico tenía la retención de Ganancias, ahora están alcanzados hasta los operarios, fundamentalmente cuando prestan servicios en el área metropolitana de Buenos Aires y en las provincias patagónicas”- La suba del mínimo no imponible no implica que el Gobierno tenga un “alto costo fiscal” o “subsidie” a los empleados de sueldos medios o altos. Simplemente evitaría que la AFIP siga captando una parte mayor del ingreso nominal de trabajador por el simple expediente de no ajustar los valores por la inflación de cada período.

Otro tema que sigue pendiente es la equiparación del mínimo no imponible y demás deducciones de los autónomos con los valores que tienen los empleados en relación de dependencia. A igual ingreso que un asalariado, el autónomo paga mucho más.

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