domingo, 2 de octubre de 2011

La gran huelga de la 60, adelanto de lo que viene




Néstor Pitrola (ver abajo)

La huelga de la 60 retomó la ruta de los petroleros y docentes de Santa Cruz. Con el método de la huelga general, apoyada en piquetes y movilizaciones obreras, se quebró un intento estratégico de la patronal. La pulseada obrera enfrentó una entente formada por la patronal, aliada al milímetro con la UTA y su patota -cuyos integrantes entraron a las cabeceras de la línea (como en el Roca), de la mano del grupo Dota- y en función de los planes flexibilizadotes de la nueva empresa. Los obreros, como en ocasiones anteriores, se dieron maña para su autodefensa frente a grupos armados; recordemos que ya fueron atacados de esta manera, con el fin de robarles la elección del cuerpo de delegados independiente de la burocracia. Pero enfrentaron eso y mucho más: el ministerio de Tomada jugó con todo contra la huelga y aplicó la conciliación obligatoria sin nada en la mano para los reclamos obreros, quienes tuvieron que desconocerla (como en Santa Cruz) y mantener la medida contra viento y marea, apoyándose en sus propias fuerzas. Los "destituyentes" de los multimedios jugaron con todo contra los huelguistas, que habrían tenido de "rehenes" a los 300 mil usuarios afectados por la gran huelga.

La patronal volverá a la carga: ya desconoció acuerdos anteriores. Pero volverá, además, porque cuenta con el apoyo político estratégico del gobierno kirchnerista, socio de estos grupos que se van quedando con el transporte público y que tienen en carpeta ataques a las condiciones de trabajo de los choferes para compensar su desinversión y preparar los futuros tarifazos, que, nadie duda, vendrán después de octubre, como consecuencia del agotamiento de las "cajas" a las que apela el kirchnerismo para solventar el negocio. Ese apoyo K se ve en el tenaz mantenimiento del grupo Cirigliano en los ferrocarriles, de donde éste hace caja para quedarse cada día con más empresas de colectivos, aunque se sucedan los accidentes y el derrumbe ferroviario. Pero se aprecia además en el ataque de Cristina al subte por sus luchas, al mismo tiempo que la Justicia de Santa Cruz ilegalizaba la gran huelga docente buscando sancionar retroactivamente a los huelguistas y su organización sindical y a la enorme base de activistas clasistas de Adosac. La Presidenta no habló porque sí contra la tendinitis que no habría tenido su papá colectivero, cuando la inflamación del manguito rotador en el hombro de los colectiveros es, precisamente, una enfermedad profesional de la actividad.

La autoridad electoral de Cristina pretende usarse a través de su ministro socio de Pedraza, o por parte de ella misma -por caso, cuando decidió a dedo el salario mínimo o la des-actualización de los salarios familiares. Actúan contra las reivindicaciones obreras del momento, y contra las que vendrán como resultado del agotamiento del "modelo" y su descarga sobre los trabajadores y el sindicalismo independiente.

Las poderosas tendencias por abajo del movimiento obrero quedaron expresadas días pasados en el congreso de la UIA de la provincia de Buenos Aires, cuando su presidente dijo que "los mandos medios no responden a las cúpulas sindicales" y (que) "la mitad de las empresas afiliadas habían tenido conflictos en el último año, especialmente en el sector de empresas tercerizadas".

La huelga de la 60 mostró estas tendencias profundas entre los trabajadores -muchos de los cuales habrán votado a Cristina, seguramente, pero van por lo suyo. Mostró al mismo tiempo las fragilidades del kirchnerismo y sus burocracias sindicales a la hora de enfrentar una huelga que no pudieron quebrar, y que afectó a un sector histórico del transporte público. Apoyemos con todo que los compromisos arrancados se cumplan, como apoyamos con todo la huelga a través del cuerpo de delegados de Ecotrans, del clasismo del subte y de la definición pública, sin vueltas, del Frente de Izquierda a favor del triunfo de esta gran huelga.


Nota de Pitrola en prensa obrera del jueves 29/9 sobre huelga de los choferes de la linea 60 y las tendencias de lucha profundas que se desenvuelven por abajo en toda la clase obrera argentina.

Nèstor Pitrola, es candidato a diputado por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores por la provincia de Buenos Aires y estará compartiendo el sábado 8 de octubre a las 13hs un almuerzo con trabajadores judiciales de la provincia y de la ciudad.

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